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Centro de Documentación de la Filosofía

Rafael Morla de la Cruz

retrato

Filósofo dominicano, nacido en 1957, profesor de filosofía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, institución de la que ha sido director de su Escuela de Filosofía (1996-1999/1999-2002), director ejecutivo del Primer Congreso Dominicano de Filosofía (3-6 febrero 1999), decano de la Facultad de Humanidades (2008-2011); y antes delegado estudiantil, sindicalista, presidente de la Asociación de Profesores, &c. Casado con Margarita de la Rosa, tiene tres hijos: Rafael S. Morla de la Rosa (1985, licenciado en Filosofía por la UASD, Máster en Artes Escénicas por la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid, autor del libro de viñetas y relatos Saunatopía –Círculo Rojo, Madrid 2019, 155 págs.–, inspirado en la obra filosófica de Paul B. Preciado); Penélope Morla de la Rosa (estratega en comunicación digital, diseño & multimedia) y Vladimir Morla de la Rosa (profesor de Historia en la UASD).

Rafael Morla de la Cruz defendió en 1987 su tesis para optar al título de Licenciado en Filosofía (UASD) sobre El proceso de desarrollo de la nación dominicana en relación con los conflictos políticos e ideológicos con Haití: criterios y posiciones 1844-1900 (un ejemplar en la Biblioteca UASD, F-0001 FH 1987, 150 hojas); y defendió en 2006 su tesis para optar al título de Maestro en Metodología de la Investigación Científica (UASD) sobre La ilustración en Santo Domingo durante los siglos XVIII-XIX (bajo la asesoría de Rafael Báez Binosó; un ejemplar en la Biblioteca UASD, MA-MIC 0001 FC 2006, 103 hojas).

En la antología Filosofía dominicana: pasado y presente (2009) está recogido su trabajo: “La Lógica de Andrés López de Medrano: estructura e ideas” (publicado en la revista Ak'ademia del Departamento de Filosofía de la Facultad de Humanidades de la UASD, nº 4, 2001).

Tiene publicados los siguientes libros: Filosofía para iniciados (Serie Nuevo Horizonte, Sipani Sistemas, Santo Domingo 1995, 186 págs.), Modernidad, postmodernidad y valores (Editorial Valdez, Santo Domingo 2001, 192 págs.; segunda edición: Mente Editorial, Santo Domingo 2005, 192 págs.), Filosofía para pensar (La Escalera, Santo Domingo 2007, 181 págs.), Modernidad e ilustración en Hispanoamérica, una reflexión en torno al ser latinoamericano (Editora Búho, Santo Domingo 2010, 215 págs.), Modernidad e ilustración en Santo Domingo (Archivo General de la Nación, nº 134, Santo Domingo 2011, 167 págs.), Las raíces del pensamiento occidental, una reflexión en torno a la filosofía griega (Editorial Valdez, Santo Domingo 2013, 142 págs.).

«…el maestro Avelino, también el profesor Ángel Moreta me ayudó a definir mi vocación por la reflexión de lo que en ese entonces llamaban pensamiento dominicano, porque en ese momento yo estaba en la selección de mi tema de tesis, sobre la nación cuando el problema dominico haitiano, estuvo pautada por ese ambiente; eso es bueno que quede para la historia: yo hice una tesis de licenciatura que fue mi primera investigación, de 150 páginas, está por ahí, esa fue mi primera investigación, es una tesis que cuando yo la leo, ya en la madurez, tiene la metodología marxista pura, veo que está tan crudo el marxismo ahí, más o menos, muy parecido a alguna de las reflexiones que está en Filosofía para iniciados, que están muy marcadas por un marxismo que quiere ser él, no el de manual, sino de la obra misma de Marx. Mi primera investigación estuvo pautada por la influencia de los dirigentes de la Escuela en ese momento, que era Moreta, yo fui del grupo de Moreta, políticamente hablando, al interior de la Escuela, y yo veía en Moreta, sobre todo, un sociólogo, a una persona que había hecho trabajo de campo en ese momento y que su formación sociológica la vinculaba con una reflexión sobre el pensamiento dominicano. Y esa primera investigación estuvo pautada por esa influencia, el problema dominico haitiano. Y no solo me pasó a mí, le pasó a Darío Henao, que también hizo una tesis de licenciatura sobre el problema dominico haitiano, creo que después luego la publicó.

También yo me dedique después, cuando agoté el pensum, a hacer de manera autodidacta –estaba consciente de que era autodidacta– una especie de maestría, por mi propia cuenta, una cosa un poco rara, porque poca gente hace eso, consistente en revisar y leer los textos fundamentales de la historia dominicana, y ahí fue que yo me vinculé con los documentos de Demorizi y comencé a leer la historia dominicana en su propia fuente, y yo descubrí temprano que, para hacer algún aporte original en el campo de la historia, no podíamos trabajar obra de tercera mano, ni siquiera de segunda, que había que ir a la fuente, eso lo comprendí yo temprano de tal manera que yo, ya tanto en mi tesis de licenciatura como en mi tesis doctoral, cito muchos documentos de la historia dominicana en sus fuentes originales.

Ahí Moreta ejerció una influencia política y en esa parte de la preocupación por el pensamiento tradicional dominicano, que así le llamamos en ese momento, le debo eso a él. Luego, eso es, vamos a decir, dentro todavía de la de la ortodoxia, pues el Departamento estaba movido por una dialéctica entre ortodoxia y heterodoxia. Y, entonces, desde la heterodoxia nos invitaban a la libertad de pensamiento, a que nos zafáramos del pensamiento único, a que emigráramos de los manuales y leyéramos las fuentes, y ahí una obra que publicó la doctora Vanna Ianni, en la década de los 80, titulada Marxismo y no marxismo [Alfa y Omega, Santo Domingo 1980, 595 págs.] que nos puso en contacto con otros aires intelectuales que no habíamos leído, y en esa me pude leer otros pensamientos, otros filósofos, y esa obra creo que me ayudó a superar, creo que ya lo tengo superado, el manualismo que nos acompañó en el origen de nuestra formación.

Porque el manualismo no es una maldición, es una etapa en la vida de uno, el manual siempre ha desempeñado su papel. El problema del manual es que te quedes con él, que te cases con él. Si el manual llega a tí para tú transitar un kilómetro en tu larga trayectoria y después desprenderte y seguir hacia adelante, no hay ningún problema. No hay que sentirse mal, yo no me siento mal.

Una etapa que estuvo vinculado con mi militancia y después la encontré en la Escuela de Filosofía, eso es lo grande, porque el mérito histórico de la escuela soviética y del manualismo es haber fundado la Escuela de Filosofía, porque fue esa trayectoria ortodoxa, vinculada con el manualismo soviético, y particularmente el PSP [Partido Socialista Popular Dominicano], los que fundan la Escuela de Filosofía de la UASD. Y, si alguna vez en la vida, la UASD orientó su quehacer académico por una filosofía, la filosofía que la orientó fue la filosofía del materialismo dialéctico histórico, porque la filosofía del movimiento renovador fue el materialismo dialéctico histórico, que lo representó la eminencia de Andrés Avelino, que fue una de las figuras clave del movimiento renovador, porque Avelino fue el Decano de Humanidades del movimiento renovador universitario. Entonces, el manualismo soviético y la escuela del PSP tienen, uno, ese mérito que mencioné, y un segundo mérito, que tiene en la persona de Tulio H. Arvelo, que no solo fue su primer director, sino que también Tulio H. Arvelo generó un Manual de introducción a la filosofía [Editora Cultural, Santo Domingo 1974, 239 páginas], que si bien intelectualmente todos nosotros lo hemos superado, como acto de escritura no se ha superado, porque nadie ha dicho que este otro manual le supera.» (Rafael Morla, conversación con Alejandro Arvelo, 25 octubre de 2023, minutos 38:13 a 45:40.).

Rafael Morla de la Cruz · Archivo de la Voz · Escuela de Filosofía · UASD

Conversación con Alejandro Arvelo Polanco - 25 de octubre de 2023