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Centro de Documentación de la Filosofía

Osvaldo Norberto Guariglia

Filósofo argentino (Buenos Aires, 1938-2016).

Licenciado en Letras Clásicas por la Universidad de Buenos Aires. Doctor en Filosofía por la Universidad de Eberhard Karl (Tübingen, Alemania).

Titular de la cátedra de Ética de la carrera de Filosofía en la Universidad de Buenos Aires.

Profesor honorario de la Universidad Nacional de La Plata.

Se dedicó principalmente al estudio de cuestiones éticas y de teoría política.

Miembro fundador de la Asociación Filosófica Argentina.

Investigador Superior del CONICET.

Miembro honorario e investigador del Centro de Investigaciones Filosóficas.

Miembro fundador de la Revista Latinoamericana de Filosofía Política.

Fue galardonado con el Primer Premio Nacional de Filosofía y Psicología en 1992. En el año 2006, la Fundación Konex le otorgó el Premio Konex platino en la categoría de Ética y en 1986 el Diploma al Mérito en la misma categoría.

Escribió Ideología, verdad y legitimación (Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1986, 286 págs.), Moralidad. Ética universalista y sujeto moral (Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1996 280 págs. ), La ética en Aristóteles o la moral de la virtud (Buenos Aires, Eudeba, 1997, 196 págs.), Ética y derechos humanos en un tiempo posmetafísico (Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2012, 160 págs.) entre otros libros.

Osvaldo Guariglia (1938-2016): una ética para tiempos posmetafísicos

http://www.lanacion.com.ar/1900484-osvaldo-guariglia-1938-2016-una-etica-para-tiempos-posmetafisicos

Luis Diego Fernández, para La Nación, Domingo 22 de mayo de 2016

El 2 de mayo pasado murió el filósofo Osvaldo Guariglia, a los 77 años. Docente universitario e investigador, sus notables contribuciones en el campo de la ética y la filosofía política contemporánea se han plasmado en sus libros: Ideología, verdad y legitimación (1986), Moralidad. Ética universalista y sujeto moral (1996), La ética en Aristóteles o la moral de la virtud (1997), Breviario de ética (junto a Graciela Vidiella, 2011) y Una ética para el siglo XXI. Ética y derechos humanos en un tiempo posmetafísico (2012).

Guariglia entró en contacto con el mundo de las ideas a partir de la Antigüedad: se licenció en Letras Clásicas por la Universidad de Buenos Aires con una tesis sobre el filósofo presocrático Anaximandro de Mileto. A instancias de sus maestros, Eilhard Schlesinger y Konrad Gaiser, su primer acercamiento se centró en la ruptura epistemológica de Aristóteles hacia Platón, en particular, el concepto de acción, de allí el germen de su direccionamiento hacia la praxis.

Guariglia obtuvo su título de doctor en Filosofía en la Universidad de Tübingen, en la por entonces República Federal de Alemania. En la introducción de su libro sobre Aristóteles describe la situación por aquel entonces: "Es muy difícil recrear el clima de la República Federal de Alemania por aquellos años, sobre todo cuando, a los pocos meses de estar yo y mi familia allí, cayó el gobierno de la gran coalición entre democristianos y socialdemócratas y Willy Brandt surgió como el triunfador en las nuevas elecciones, que, por primera vez después de cuarenta años, ungían a un socialista como primer ministro".

El recorrido del pensamiento de Guariglia tiene una continuidad y una claridad que engarzan firmemente toda su trayectoria: desde su primigenio interés aristotélico hasta su posterior búsqueda de una ética cognitivista, universalista y normativa. Desde ese espacio conceptual lograría adquirir un sitio de relevancia en la filosofía práctica argentina y latinoamericana, a la par de Rodolfo Mondolfo y José Luis Romero (a quienes dedica uno de sus libros).

Republicano y liberal

Osvaldo Guariglia fue contemporáneo del filósofo estadounidense John Rawls, cuya obra Teoría de la justicia (1971) renovó décadas de la filosofía política y la ética dominadas por el utilitarismo benthamiano. Rawls recuperaba la ambición kantiana de diseñar un sistema integral desde principios neocontractualistas, con la finalidad de construir un ideal de sociedad justa que respetara al individuo como un fin en sí mismo y a la vez otorgara igualdad de oportunidades. A esto llamó "justicia como equidad".

La irrupción de Rawls y el contacto con los trabajos de Jürgen Habermas fueron hitos insolayables para dar forma al pensamiento definitivo de Guariglia, tal como él mismo reconoce: "En los siguientes años mi labor de investigación relacionada con la ética de Aristóteles fue postergada por el interés sistemático en la fundamentación de una ética universalista, dentro de la gran renovación que tuvo la disciplina luego de la publicación de la obra capital de John Rawls y de los trabajos de Jürgen Habermas sobre la teoría de la acción comunicativa. En realidad, no es Aristóteles el filósofo clásico que está en el centro de mi preocupación durante este tiempo, sino Kant, ya que de lo que se trataba, a mi juicio, era de una renovación del universalismo kantiano con los medios apropiados a una época posmetafísica que sólo puede apelar a la evidencia del lenguaje y las reglas pragmáticas de la comunicación".

Tanto la labor docente de Guariglia, titular de la cátedra de Ética en la carrera de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires, como su trabajo como investigador superior en el Conicet ayudaron a sembrar y diseminar en el plano local las corrientes contemporáneas del pensamiento republicano y liberal en todas sus variantes: desde el liberalismo igualitario del mencionado Rawls y de Ronald Dworkin hasta los postulados del republicanismo kantiano de Habermas y el libertarismo anarcoliberal de Robert Nozick. En sus clases se asistía al debate actual por entonces, en la década del noventa, entre el comunitarismo neoaristotélico (de Alasdair MacIntyre, Charles Taylor y Michael Walzer) y el liberalismo neokantiano (en las expresiones ya mencionadas). Posiblemente fue una de las últimas polémicas con genuina relevancia en el mundo acádemico.

Guariglia dejó un importante grupo de filósofos formados bajo su ala que actualmente se desempeñan en diversas instituciones y le dan continuidad a su corriente filosófica. Obsesivo con el formalismo argumental y el rigor en los principios del razonamiento moral, siempre defendió una ética universalista de raíz kantiana pero fundada no en los preceptos de la soledad de la conciencia, sino en criterios deontológicos asentados en un procedimiento dialógico que da forma a un discurso compartido por todos los hombres.

La cuestión de los derechos humanos fue un eje central en sus preocupaciones, a tal punto que participó del grupo de intelectuales -entre ellos Carlos Santiago Nino y Eduardo Rabossi- que dio sustento filosófico al Juicio a las Juntas que llevó a cabo el gobierno de Raúl Alfonsín. También manifestó en artículos de opinión su crítica a las formas delegativas de las democracias o neopopulismos, a los que ya en el año 2003 veía como "oligarquías plebiscitarias". La salida según su criterio era más democracia, en la línea del Kant de La paz perpetua y el Rawls de El derecho de gentes.

Osvaldo Guariglia fue un filósofo republicano y liberal igualitarista que nunca renunció a la pretensión universalista de Immanuel Kant, pero adecuada a los tiempos posmetafísicos, en que ya no es posible pensar desde planos absolutos sino a través de consensos pragmáticos y racionales, en aras de un acuerdo superador que nos integre a todos. La deuda que la filosofía latinoamericana tiene con su pensamiento se dimensionará en el futuro.

El autor de la nota es profesor de la Universidad Di Tella e investigador del Centro de Investigaciones Filosóficas

[mayo 2016]

CV de Osvaldo Norberto Guariglia, 2015.