Cultura
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1. El término “Cultura”, sobreentendido como valor supremo asociado al prestigio que le otorgan las ideologías contemporáneas, nos remite, sin embargo, a una idea muy confusa en la que se cruzan una gran variedad de concepciones filosóficas, a veces opuestas. El propio término tiene una denotación muy amplia. Derivado del latín colere: cuidar, cultivar, “cultura” guarda relación con “agricultura”, en un primer sentido que se refiere al cultivo personal de los sujetos a través de la educación. Es la idea de cultura subjetiva que Cicerón denominó cultura animi; la cultura como formación que Bacon definió como “geórgica del alma” (De Augmentis Scientiarum, VII, 1) trasladando las Geórgicas de Virgilio al “cultivo del alma”. En este significado como instrucción y aprendizaje del individuo, “cultura” tiene que ver con la paideia griega, con la humanitas de Cicerón y Varrón y con el concepto clásico de cultura.
Otra acepción muy difundida es la definición antropológica que Edward Burnett Tylor ofreció en 1871: “La cultura o civilización, en sentido etnográfico amplio, es aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres, hábitos y capacidades cualesquiera adquiridos por el hombre como miembro de una sociedad” (Cultura primitiva).
Las mismas denotaciones de ese “todo complejo” de Tylor las encontramos en la idea de cultura como cultura objetiva que cubre todo el producto material de una sociedad, desde los cultivos hortelanos hasta las esculturas que decoran un edificio. Esta cultura objetiva incluye tanto el producir técnico, los objetos “factibles” (máquinas, edificios, carreteras), como la acción práctica, los objetos culturales “agibles” (leyes, instituciones, negocios jurídicos) de los que resulta la civilización.
Una caracterización muy frecuente de Cultura es la que la contrapone a Naturaleza. Está ya supuesta en la filosofía antigua: en la oposición physis/nomos de los sofistas; en la reivindicación que los cínicos hacen de la physis y en la Naturaleza como Logos de los estoicos. Modulaciones de esta oposición dan como resultado que en el siglo XVII se afiance la idea de Cultura como aquello que el Hombre añade a la Naturaleza. En el siglo XVIII triunfa la Cultura como realidad que eleva al Hombre sobre su condición de animal. La cultura será el aspecto espiritual del hombre que lo exalta por encima de su aspecto natural. Esta concepción conforma una “filosofía de la cultura” integrada por unas disciplinas (Historia del Arte, Sociología, Religión, Derecho, Antropología cultural…) designadas como “ciencias culturales” o “ciencias del espíritu” en la tradición de autores como Hegel, Dilthey, Windelband, Rickert, Simmel, Spengler, Max Scheler, Ernst Cassirer o Nicolai Hartmann.
2. Desde el Materialismo Filosófico se ha construido una teoría de la idea de Cultura que es crítica respecto a estas concepciones que hemos mencionado.
Así, la dualidad que opone Naturaleza a Cultura no es válida puesto que no cabe coordinar al “Hombre” con la “Cultura” dado que los animales, como demuestra la Etología, también tienen cultura. Si el hombre se diferencia de los animales no será por la cultura, sino por un tipo característico de cultura, la cultura extrasomática que implica una serie de secuencias operatorias de las que surgirán las normas, despegadas ya por completo de los rituales etológicos. Por otra parte, en la propia escala humana la diferencia entre lo que es cultural y lo que es natural se hace muy difícil de determinar. Muchas formas culturales han determinado ciertos rasgos naturales como, por ejemplo, la ausencia de los incisivos inferiores en los nuer estudiados por Evans-Pritchard.
En El mito de la cultura, Gustavo Bueno desmonta la idea de una cultura objetiva pensada como realidad que eleva a los hombres sobre su condición de animales. Esta idea metafísica que entiende la Cultura como idea eterna no sería más que una creación de la filosofía alemana que aparece a finales del siglo XVIII por obra fundamentalmente de Herder, y que toma forma en autores como Fichte y Hegel difundiéndose durante todo el siglo XIX. Es una “idea moderna” que ha resultado de la transformación, “inversión teológica” o secularización de la idea medieval del Reino de la Gracia. Las funciones de la Gracia santificante del cristianismo que durante la edad media “justificaba” al hombre en el mundo, elevándolo y confiriéndole elegancia y dignidad, son exactamente las mismas que en la edad moderna se asignarán a la Cultura. En los ambientes protestantes la idea de Cultura que sustituye a la Gracia se entiende como don supremo entregado a las naciones, como don espiritual del que gozan las nacionalidades (las “naciones de cultura”) y, de ahí, su actual prestigio.
Por influencia de la idea de Fichte de un Estado político como Estado de Cultura, la cultura se ha convertido hoy en criterio para reivindicar unas nacionalidades que por tener “cultura propia” se suponen al margen del Estado. La noción de Cultura que ahora se maneja es una cultura circunscrita que ya no abarca la amplitud denotativa de Tylor, sino que manteniendo el carácter metafísico de algo excelso se restringe al cometido propio de los Ministerios de Cultura o análogos, encargados de tutelar y promocionar contenidos culturales como el folklore, el teatro, la música, la pintura, la danza, el cine, la cerámica… dejando fuera formas de cultura como la ciencia, la tecnología industrial o incluso la educación. El mito de la cultura se manifiesta cuando desde las circunscripciones de cultura se exaltan unos “rasgos culturales” insignificantes que pasan a ocupar rango de “identidad cultural” en busca de alguna forma de “autodeterminación”.
Carmen Baños
→ Gustavo Bueno, El mito de la cultura (1996).
→ Gustavo Bueno, “Cultura”, El Basilisco 1978, 4:64-67.
→ Gustavo Bueno, “El reino de la Cultura y el reino de la Gracia”, El Basilisco 1991, 7:53-56.
→ Gustavo Bueno, “Sobre el prestigio creciente de la cultura”, El Catoblepas 2005, 37:2.
→ Gustavo Bueno, “Cultura”, 2009, Tesela 4.
→ Gustavo Bueno, “El mito de la Naturaleza”, 2012, Tesela 109.
→ “Cultura universal como mito”, Diccionario filosófico 434.
→ “El mito de la cultura de vegetal a digital”, Teatro Crítico 2012, mesa redonda 28.
→ Marcelino Suárez Ardura, “Teoría de la Cultura frente a Mito de la Cultura”, El Basilisco 2000, 27:89-94.
→ Marcelino Suárez Ardura, “La geografía como ciencia cultural”, en Filosofía de la Geografía, Pentalfa 2019, 223-292.
→ Nicole Holzenthal, “El materialismo filosófico y El mito de la cultura de Gustavo Bueno”, El Catoblepas 2002, 14:3.
→ Nicole Holzenthal & René Alberto Pernía Marcano, “El mito de la cultura en Alemania”, Teatro Crítico 2023, TC184.