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Arte sustantivo y Arte adjetivo
 


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1. La idea de Arte proviene etimológicamente del latín ars, artis, aunque su origen y sentido filosófico se halla en la filosofía platónica, cuando Sócrates, en el diálogo Ion, dice al rapsoda que no es una técnica (τέχνη) lo que le hace hablar bien de Homero, sino una “fuerza divina”. Con ello, Platón realiza una distinción entre “artes divinas” y “artes humanas”, que Gustavo Bueno explica de la siguiente manera:

Platón introduce la célebre clasificación, central para nuestro asunto, una clasificación que produce sorpresa a Teeteto, interlocutor en el diálogo El Sofista: “El arte de hacer se divide en dos partes, divina una, humana la otra”. […] Platón ha llegado, a partir de una clasificación de las artes, a la conclusión de que las cosas naturales son también obras de arte, pero de arte divino (lo que implica reconocer demirugos divinos, y no sólo humanos). Pero resulta que existen obras de los hombres que están también inspiradas por los dioses, y estas artes deberían distinguirse de las artes puramente humanas.

En el diálogo Ion ofrece Platón un modelo de lo que podría ser un arte divino, obrando a través de un rapsoda. Una divinidad que afecta al arte más que al artista, que sigue siendo […] un hombre vulgar, a quien la fuerza divina (theia moira) ha atraído como el imán atrae al anillo de hierro, y éste a su vez atrae en su torno a otrosy a otros anillos, al público que escucha entusiasmado al artista. (Bueno, 2007, p. 270)

Esta clasificación platónica irá evolucionando a lo largo de los siglos (Varrón, en su Disciplinarum libri, Marciano Capella, en su Satyricon, San Isidoro, Boecio, Alcuino, Thierry de Chartres…) hasta su consolidación en el siglo XVIII nuevamente en dos grandes grupos: el de las artes nobles o bellas y el de las artes serviles o vulgares (mecánicas).

2. Desde la Filosofía del Arte del Materialismo filosófico, Gustavo Bueno construye las ideas de Arte sustantivo o poético y Arte adjetivo o alotético, a través de un ejercicio filosófico que se desarrolla en dos momentos, a saber, la pars destruens de las clasificaciones anteriores y la pars construens.

La crítica principal a la idea de Bellas Artes parte, por un lado, del reduccionismo de las obras de arte al plano sociológico (eje circular) y, por otro lado, de la relación de las obras de arte con nematologías teológicas que dan pie posteriormente a lo que Bueno denomina como “inversión teológica” (eje angular). Dicho de otro modo, Gustavo Bueno critica la reducción de las obras de arte al eje circular (Bellas Artes) y al eje angular (Artes divinas) del espacio antropológico.

En este sentido, las ideas nebulosas (metafísicas, sociológicas, teológicas e históricas) que envuelven y tratan de definir a las obras de arte “liberales” establecen “relaciones diferenciales con el resto de las artes, particularmente con las artes mecánicas, tradicionalmente llamadas serviles” (2007, p. 272). Esta “jerarquía social o académica, no sólo económica” hace que algunos artistas (músicos, pintores, escultores, &c.) estén por encima de los puestos que les correspondían cuando estas artes eran consideradas como oficios tales como el de albañil, fontanero, sastre, electricista, fresador o maestro de taller. Así, las nematologías que envuelven la justificación de la “superioridad” de estas artes liberales frente a las artes serviles se puede observar en las ideas metafísicas tales como la idea de Belleza, engarzada a las ideas neoplatónicas incorporadas a la tradición escolástica: “El Ser cuyo primer analogado es el Ser de Dios, tiene como atributos trascendentales la Unidad, la Verdad y la Belleza” (2007, p. 273). Pero también se justifica esta jerarquía social en la conexión de un conjunto de artes con la Religión y a día de hoy con la idea de Cultura; así como en la vinculación al ocio y al disfrute anteriormente de la aristocracia y en la actualidad del ciudadano democrático.

3. Pues bien, en el momento de la pars construens, Gustavo Bueno reconstruye las clasificaciones históricas anteriores desde el eje radial del espacio antropológico bajo el marco del “Materialismo filosófico como objetivismo estético”. En este marco, las ideas de Arte sustantivo y Arte adjetivo quedarían así definidas desde los siguientes criterios:

El primer criterio para tratar cualquier asunto acerca de las obras de arte con significación sustantiva es el criterio de la inmanencia categorial artística. De este modo, “la metodología materialista aconseja comenzar por el análisis de las especialidades gremiales de artesanos y artistas”, de suerte que “sólo manteniendo contacto con las mismas disciplinas artísticas será posible determinar las Ideas que de ellas “emanan” y en torno a las cuales habrá de derivarse en cada momento la filosofía de arte” (Diccionario [650]).

El segundo criterio se fundamenta en la segregación de las operaciones de los artistas respecto de las obras sustantivas, dando lugar al carácter suprasubjetivo de la obra de arte y a su inserción en el eje radial del espacio antropológico. En este sentido, uno de los fundamentos objetivos que distinguen claramente el Arte adjetivo del Arte sustantivo reside en la característica de finis operis que mantiene la primera y la característica de segregación del artista que mantiene la segunda, la cual considera a la obra sustantiva por encima de la voluntad de sus autores (Bueno, 2007, pp. 280-282).

El tercero de los criterios que distinguen las ideas de Arte sustantivo y Arte adjetivo se fundamenta en la negación de una Finalidad o finis operis en las obras de arte sustantivo, en tanto y cuanto, al quedar segregado el sujeto operatorio de la obra sustantiva, esta morfología se conforma al margen de la idea de Finalidad, sin perjuicio de los finis operantis o fines sobrevenidos que puedan darse en el contexto mismo de dichas obras (Bueno, 2007, pp. 279-280).

La idea de sustancialidad actualista, aplicada a los valores estéticos objetivos de la obra, como multiplicidad de interpretaciones enfrentadas entre sí sobre unas invariables, conformaría el cuarto criterio. Este crtierio se basa en la concepción de la obra como una invariable objetiva sobre la que intervienen multiplicidad de transformaciones e interpretaciones enfrentadas entre sí, por parte de los sujetos que la rodean, y gracias a las cuales se van reanudando “los campos que ella había logrado poner entre paréntesis” (Diccionario [662]).

El quinto criterio lo conforma la complexidad entre el plano de interpretación literal, basado en la inmanencia racional de los términos del compuesto artístico que es analizada a partir de la racionalidad universal noetológica; el plano de interpretación autogórico, referido a los propios materiales internos a la categoría artística; y el plano de interpretación alegórico, basado en la traducción de las ideas que operan sobre la inmanencia de los términos estéticos que constituyen la obra, pero desbordando dicha inmanencia. En definitiva, el criterio de complexidad o trabazón entre los planos autogórico, literal y alegórico, de manera dialéctica, impediría que la morfología artística fuese utilizada de manera servil, en tanto y cuanto ya no habría ningún predominio o reducción de un plano a los demás, sino que la interpretación estética de dichos planos trabados actualizaría las invariables sustantivas de la obra artística.

Finalmente, el último criterio lo constituye la idea de Materia ontológico-general como destrucción de las concepciones estéticas naturalistas, culturalistas y artificialistas de la obra de arte. O dicho de otra manera, el criterio basado en la contemplación de las obras de arte como obras dadas en el ámbito de la Materia ontológico-general:

El materialismo filosófico, según esto, propicia la consideración de las obras de arte sustantivo, no ya tanto como obras del hombre (expresivas de su esencia), sino como obras que constituidas, sin duda, a través del hombre, pueden contemplarse como dadas en el ámbito de la Materia ontológico-general. (Diccionario [662])

Vicente Chuliá Ramiro

→ Estética  ❦  Técnica  ❦  Tecnología  ❦  Ontología  ❦  Gnoseología  ❦  Categorías

→ Gustavo Bueno, La fe del ateo (2007)
→ “Filosofía del arte”, Diccionario filosófico [650]
→ “Materialismo filosófico como objetivismo estético”, Diccionario filosófico [662]