Anaxímenes
585 – 525 a. C., aprox.
filosofia.net/piezas/anaximenes.htm
Natural de Mileto, hijo de Eurístrato y discípulo de Anaximandro fue el último representante de la Escuela fundada por Tales, que se mantuvo abierta hasta el año 494 a. C., cuando Mileto fue destruida por los persas. Vivió aproximadamente entre el 585 y el 525 a. C. y no hay testimonios, ni anécdotas sobre su vida. Por Diógenes Laercio sabemos que escribió un libro en dialecto jónico, en un estilo sencillo, sin superfluidades y que dijo que “el principio de las cosas es el aire y el infinito.” Y que “los astros no se mueven sobre la tierra, sino en su rededor.” Algunos escritores antiguos le atribuyeron el descubrimiento de la oblicuidad de la eclíptica, pero lo cierto es que consideraba la tierra como una tabla plana colocada en el centro del mundo, rodeada y sostenida por el aire lo mismo que los astros.
La concepción cosmológica de Anaxímenes se recoge en los siguientes pasajes:
– Aecio, Recopilación de las opiniones de los filósofos, II 13, 10: “Anaxímenes dice que la naturaleza de los astros es ígnea.”
– Ibid., 14 ,3: “Anaxímenes dice que los astros están fijos como clavos en lo cristalino.”
– Pseudo Plutarco, Stromateis, 3: “Y el sol, la luna y los demás astros tienen en la tierra el principio de su generación.”
– Hipólito, Refutatio omnium Haeresium, I 7, 7-8: “Los vientos se generan cuando el aire condensado se mueve, enrareciéndose y al concentrarse, espesándose más produce nubes y así se transforma en agua. El granizo se produce cuando el agua que desciende de las nubes se solidifica, y la nieve, cuando esas mismas nubes, estando más impregnadas de humedad, toman solidez. El relámpago, cuando las nubes se separan por la violencia de los vientos; una vez separadas aquéllas, se produce la luminosidad ígnea y brillante”; “El arco iris surge cuando los rayos del sol se precipitan en el aire condensado.”; “Y se produce un terremoto cuando la tierra es alterada al máximo por calor y enfriamiento.”
Los principios metafísicos los podemos reconstruir a partir de estas noticias:
– Aristóteles, Metafísica, I 3, 984a: “Anaxímenes piensa que el aire es anterior al agua, y primer principio entre los cuerpos simples.”
– Simplicio, Física, 24, 26-28: “El milesio Anaxímenes… dijo que la naturaleza subyacente es una e infinita, pero no indeterminada, como dice Anaximandro, sino determinada, y la llamó aire.”
– Ibid., 28-31: “El aire se diferencia en las sustancias particulares por rarefacción y condensación. Al enrarecerse se convierte en fuego, al condensarse en viento, luego en nube, más condensado aún en agua, tierra y piedra; las demás cosas se producen a partir de éstas.”
– Aecio, Recopilación de las opiniones de los filósofos, I 3, 4: “El milesio Anaxímenes declaró que el principio de las cosas existentes es el aire, pues de él se generan todas las cosas y en él se disuelven. Así como nuestra alma, dice, al ser aire nos mantiene cohesionados, el soplo y aire abarca a todo el cosmos.”
Como se desprende de los fragmentos, Anaxímenes toma como arjé al aire, una sustancia determinada que hace que su doctrina suela considerarse como un “retroceso” al primitivo monismo de la sustancia de Tales, que se supone que ya habría superado Anaximandro. Sin embargo, si interpretamos a Anaxímenes dentro del esquema racionalista de identidad de los milesios, su doctrina más que “una vuelta a Tales” sería la de un racionalismo diferente que más bien parece ser un intento de síntesis entre Tales y Anaximandro. El aire de Anaxímenes no viene a sustituir al agua de Tales, sino que incorpora las funciones del ápeiron de Anaximandro: el aire es el ápeiron de Anaximandro que dota de unidad al cosmos pero, al mismo tiempo, no es algo indefinido como el ápeiron sino sustancia determinada como el agua de Tales. Si efectivamente Anaxímenes hubiese contemplado esta síntesis entre sus predecesores, su idea de arjé no sería la de principio indeterminado de Anaximandro, que no explica cómo se puede hacer presente en el mundo, sino la de principio que se encuentra ya determinado en el interior mismo de nuestro mundo. Así, Anaxímenes estaría salvando la dificultad de Anaximandro: el arjé está eternamente constituido como mundo y por tanto éste es eterno.
El aire reúne las condiciones de ápeiron y de arjé, puesto que es invisible como el ápeiron, pero a la vez es un elemento perceptible, como el agua. El aire a través de las operaciones de condensación y rarefacción habría dado lugar, por sucesivas transformaciones a todas las demás sustancias y seres físicos que componen la physis (“naturaleza”): El aire por condensación produce agua, después tierra y por rarefacción, fuego. Así, se habría ido formando la Tierra, de cuyos vapores de aire, por rarefacción se formarían los astros ígneos. Anaxímenes habría reelaborado el racionalismo de la Escuela de Mileto, definiendo las metamorfosis que Tales no explicitaba y que él introduce de manera explícita en su esquema inspirado seguramente por las observaciones del proceso de evaporación y condensación de los líquidos. De este modo, la metafísica de Anaxímenes muestra un avance en la Escuela de Mileto, y a la vez, su concepto de Naturaleza se mantiene dentro del monismo cosmológico de la sustancia.
Poco después de su muerte, al ser arrasada Mileto, la Filosofía como “institución racional” desaparece de esta ciudad, pero será trasplantada por Pitágoras a la Magna Grecia.
Carmen Baños
→ Gustavo Bueno, “La Escuela de Mileto”, en La metafísica presocrática (1974).
→ Zeferino González, “Anaxímenes”, en Historia de la Filosofía (1886).
→ “Anaxímenes de Mileto”, en Cursos del Proyecto Filosofía en español (2000).
→ “Anaxímenes de Mileto”, en Diccionario enciclopédico hispano-americano (1897).