Recursos de Cuaderno de Materiales   

la Unión Europea

 

 

La influencia de las grandes industrias en la política de la UE. El ejemplo de la Bayer.

(texto de evaluación sobre el Foro Alternativo Colonia 1999)

    En esta charla, organizada por la Coordination Against Bayer-Dangers, se puso de manifiesto el gran peso que tienen las empresas transnacionales (ETNs) europeas sobre la política de la UE. Esta influencia es enorme, y se ilustra rápidamente con unas cifras que dan cuenta del poder económico con que estas corporaciones cuentan: el presupuesto de Siemens equivale al PIB de Irlanda, y el de Daimler-Benz al de Malasia. No es democrático el hecho de que las ETNs decidan sobre las leyes que se van a aplicar desde Bruselas, puesto que dichas empresas escapan al control de los países, los cuales se ven impotentes para saber si las cuentas de resultados de las mismas son ciertas o no, y no pueden hacer nada para frenar su imparable avance. Desde el final de la 2ª Guerra Mundial las ETNs fueron aumentando su producción, con lo que empezaron a ejercer verdadera presión en las decisiones que tomaban los Estados; y fundamentalmente las industrias químicas, que se enriquecieron de una forma vertiginosa con la llamada "revolución verde" y el auge de la biotecnología.

La Mesa Redonda Europea de Industrias (ERT) es el principal lobby o grupo de presión que tienen las ETNs en Bruselas. La ERT es la unión de las 45 transnacionales europeas más fuertes (por ejemplo, están Siemens, Bosch o Bayer), y tiene como objetivo influir en la UE para que ésta se pliegue a las condiciones más favorables para las empresas: liberalización de los mercados, débiles servicios sociales, privatizaciones, etc. Así, se celebran reuniones periódicas entre los consejeros de la UE y representantes de la ERT, para decidir sobre telecomunicaciones, desregulaciones o competencia; reuniones en las cuales no están presentes sindicatos ni otras organizaciones sociales. Por tanto, se puede decir que la ERT no es un órgano con capacidad teórica de decisión, pero en la práctica es el que maneja la política comercial de la UE, suplantando al Parlamento Europeo.

Otros lobbies que parten el bacalao en Bruselas son la Organización Mundial del Comercio (OMC ó WTO, sobre la cual se habla en otro de los artículos de este boletín), la Transatlantic Business Dialogue (TABD) ó la Europa-BIO, que agrupa empresas relacionadas con la biotecnología y la ingeniería genética. Como ejemplo de lo que pueden llegar a hacer para llevar a cabo sus propósitos, decir que la Europa-BIO organizó una contra-caravana a favor de la biotecnología en Colonia, para dar la impresión de que la gente les apoya y para minimizar el impacto que podían tener las denuncias (sobre la manipulación genética) de la Caravana Intercontinental ICC de cara a la opinión pública. Además, se basan en ocasiones en el contacto personal o en el ofrecimiento de financiación para persuadir a los políticos.

En este punto, se pasó a concretar en una empresa multinacional muy poderosa cuya sede está cerca de Colonia: la Bayer. Esta compañía tiene 150.000 empleados y unos beneficios anuales de tres billones de marcos. Desde la "revolución verde" en los sesenta y setenta, por la cual se produjeron inmensas cantidades de fertilizantes y pesticidas para el desarrollo de la agricultura intensiva, su poder se ha ido incrementando más y más. Tanto Bayer como el resto de industrias químicas, el 80% de las cuales tiene que ver con Bayer (han sido compradas por ésta o son sus filiales o tiene participación en ellas), son muy importantes en Alemania, y forman uno de los lobbies más fuertes. Su poder es muy amplio: tiene cerca de 400 personas que antes trabajaron para ella que ahora han sido elegidos parlamentarios locales y regionales, a los que Bayer junta todos los meses para presionarlos y tenerlos controlados, y con ellos los Parlamentos. En 1992, Bayer financió la campaña de Kohl (que ganó) porque no querían otro gobierno distinto al conservador. En 1998, tras la dimisión de Lafontaine como ministro alemán de finanzas, hicieron fuerza para poner a otro ministro más afín a sus intereses (los Verdes querían poner a uno que aplicara eco-tasas y otras medidas que les iban a perjudicar), cosa que consiguieron. Dicho ministro, nada más llegar al cargo, nombró como Secretaria de Estado a una persona que había trabajado para la industria química, concretamente para la Bayer.

 

Pedro Ramiro

 

[al Dossier sobre la UE]

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