Recursos de Cuaderno de Materiales   

Filosofía y educación

 

 

 Lecciones sobre Nietzsche.
Felipe Giménez. Profesor de filosofía de IES.

 

 

Nietzsche (1844-1900).

1. Punto de partida: crítica de los valores de la cultura europea.

1.1. La cultura occidental está viciada desde su origen. Su error, el más pertinaz y peligroso de todos, consiste en instaurar "la racionalidad a toda costa": "He dado a entender con qué fascinaba Sócrates: parecía un médico, un Salvador. ¿Es necesario señalar el error de su fe en la "racionalidad a toda costa?" (El ocaso de los ídolos).

a) El error dogmático de la filosofía griega ha sido la invención del estatismo del ser, es decir, "el espíritu puro", y el "bien en sí":

"No puede negarse que el error más grave, más pertinaz y peligroso, que jamás fue cometido ha sido un error dogmático, es decir, la invención del espíritu puro y del bien en sí de parte de Platón." (Más allá del bien y del mal).

b) Este dogmatismo a ultranza es interpretado por Nietzsche como síntoma de decadencia. Es decadente todo lo que se opone a los valores del existir instintivo y biológico del hombre.

"La claridad extrema, la racionalidad a ultranza, la vida lúcida, fría, cautelosa, consciente, falta de instinto, en contraposición a los instintos, era, a su vez, una enfermedad...Estar en la necesidad de combatir los instintos -he aquí la fórmula de la decadence." (El ocaso de los ídolos)

1.2. Es preciso combatir el dogmatismo platónico para eliminar el error de base. Se trata de una crítica total, pues abarca todos los aspectos de la cultura europea: el mundo racional, el mundo moral y el mundo religioso. He aquí los tres mundos inventados por el hombre occidental cuyos valores son interpretados por Nietzsche como síntomas de decadencia:

"Filosofía, religión y moral son síntomas de decadencia." (La voluntad de poder.).

a) Crítica a la moral.

1. El error de la moral tradicional se caracteriza por su "antinaturalidad", pues ella impone las leyes e imperativos en contra de los instintos primordiales de la vida:

"Lo que me horroriza ante este espectáculo no es el error en sí mismo, no es la milenaria falta de "buena voluntad", de disciplina, de decoro, de valentía en las cosas del espíritu, tal como se evidencia en el triunfo de esta moral, sino la falta de naturalidad, el hecho pavoroso de que la antinaturalidad erigida en moral ha sido distinguida con los máximos honores quedando suspendida sobre la humanidad como ley, como imperativo categórico." (Ecce homo).

2. El ideal de esta moral es el imperio de la virtud, es decir, hacer al hombre bueno. Este ideal es alienante al convertir al hombre en esclavo de esa ficción.

"¿Quéreis que el hombre, el hombre bueno, sea modesto, diligente, bienintencionado y moderado? Pues a mí se me antoja el esclavo ideal, el esclavo del futuro." (La voluntad de poder.).

3. La moral cristiana se erige en valor supremo, valor que no se halla en este mundo. La moral tradicional postula otro mundo verdadero, el mundo del más allá, el mundo de la perfección platónica:

"La moral como valor supremo en todas las fases de la filosofía (incluso en los escépticos). Resultado: este mundo no vale nada, debe existir otro mundo "verdadero". (La voluntad de poder).

4. Los valores que han prevalecido hasta ahora son ficticios, propios de los débiles ya que "los instintos de decadencia se han impuesto a los instintos de ascensión". He aquí una muestra evidente del carácter "inmoral" de la moral europea:

"El triunfo de un ideal moral se logra por los mismos medios "inmorales" que cualquier triunfo, a saber: la violencia, la mentira, la difamación y la injusticia." (La voluntad de poder.)

5. El moralista desprecia todos los valores del "yo", siendo el "altruismo" la norma suprema de su conducta. Para Nietzsche el altruismo no es otra cosa que una justificación de decandencia personal:

"Cuando un hombre se vuelve altruista, quiere decir que está perdido. En vez de decir ingenuamente: "yo ya no sirvo para nada", dice la mentira moral por boca del décadent: "nada vale nada" -la vida no vale nada" (El ocaso de los ídolos).

6. La lógica psicológica de esta moral consiste en una alteración de la personalidad. En efecto, considera lo poderoso, lo fuerte como algo suprahumano, siendo lo débil, lo vulgar, propios del hombre. Las acciones sublimes y elevadas no son obra del hombre, sino de otro "yo" más perfecto que denomina Dios.

"Resultado: el hombre no ha osado atribuirse a sí mismo sus momentos pletóricos y portentosos...considerando todo lo grande y potente como algo superhumano, el hombre se ha empequeñecido a sí mismo, ha desdoblado las dos faces -una muy débil y pobre y otra muy fuerte y portentosa- en dos esferas separadas llamando a la primera "hombre" y a la segunda "Dios". (La voluntad de poder.)

b) Crítica a la religión cristiana.

1. La religión nace del miedo y el horror que tiene el hombre de sí mismo. Se trata de la incapacidad de asumir uno su propio destino, pues cuando al hombre le invade un sentimiento de poder y teme quedar avasallado por él, mediante un mecanismo de defensa y patológico, lo atribuye a otro ser más poderoso, a Dios.

"Así, el cristiano, que es hoy día el tipo humano más ingenuo y regresivo, deriva la esperanza, el sosiego, el sentimiento de redención de una inspiración psicológica de parte de Dios...En las razas cuerdas, fuertes y pletóricas es sobre todo el epiléptico quien hace creer en la intervención de una potencia extraña." (La voluntad de poder.)

2. La religión implica la alienación del hombre, pues los estados sublimes le son ajenos y elude toda responsabilidad personal en los actos supremos.

"En un tiempo los hombres creían que se honraban a sí mismos atribuyendo la responsabilidad de sus actos supremos, no a sí mismos, sino a Dios. La inhibición de la voluntad se consideraba como algo que confería a los actos un valor supremo." (La voluntad de poder.)

3. Como consecuencia del análisis de la idiosincrasia religiosa, Nietzsche llega a afirmar su carácter decadente pues degrada al hombre a una pura ficción "mezquina":

"La religión ha degradado el concepto del "hombre"; su consecuencia extrema es la noción de que todo lo bueno, grande y verdadero es de naturaleza suprahumana y sólo se alcanza por obra de la gracia..." (La voluntad de poder.)

"El cristianismo ha absorbido toda clase de enfermedades, de tierras morbosas; lo único que pudiera reprochársele es no haber sabido defenderse de contagio alguno. Mas ésta es precisamente su esencia: el cristianismo es un tipo de decandencia." (Ibíd.)

4. El cristianismo sólo fomenta los valores mezquinos, por ejemplo, la obediencia, el sacrificio, la humildad, sentimientos propios del rebaño.

"La sumisión de las razas señoriales al cristianismo es, esencialmente, consecuencia de la comprobación de que el cristianismo es una doctrina que predica la obediencia." (La voluntad de poder.)

"El cristianismo es el advenimiento del pesimismo...; el pesimismo de los débiles, los inferiores, los atribulados y oprimidos." (Ibíd.)

5. Nietzsche interpreta el cristianismo como una moral vulgar, ya que se opone a todos los valores específicos de la virtud.

"Pues bien, el cristianismo como religión, es cosa del vulgus; es ajeno al tipo más alto de virtus...ha extraviado las inclinaciones gallardas, generosas, osadas y excesivas del alma fuerte, hasta el extremo de la autoaniquilación..." (La voluntad de poder.)

c) Crítica de la la filosofía metafísica tradicional.

Podemos estudiar tres aspectos dentro de la crítica a la filosofía: aspecto metafísico, lógico-epistemológico y científico-positivo.

1. Crítica de la metafísica. La filosofía tradicional es la que instauró Platón al afirmar la existencia de un mundo perfecto, noemático, absoluto. La filosofía dogmática considera al Ser como algo estático e inmutable, ser que existe en su propio mundo, distinto del sensible cuya realidad es meramente aparente, pues se diluye en la fluencia del devenir.

1.1. Para el metafísico la verdadera realidad no puede estar sujeta al devenir, ella permanece idéntica consigo misma, estática e inmutable, es decir, debe ser "causa sui".

"Todos los conceptos más elevados, el ser, el absoluto, el bien, lo verdadero, lo perfecto -todo esto no puede ser algo devenido, y por ende debe ser causa sui. Mas todo esto tampoco puede ser desigual entre sí, estar en contradicción consigo mismo...Así llegan a su estupendo concepto de "Dios"..." (El ocaso de los ídolos.)

1.2. Para Nietzsche el "ser" del metafísico es lo más vacío y abstracto que el hombre ha podido imaginar y por ello equivale a la pura nada.

"Las características que se han asignado al verdadero Ser de las cosas son las características del No-Ser, de la nada; -se ha construido el "mundo verdadero" en contraposición al mundo real, y es en realidad un mundo apariencial, en tanto que mera ilusión óptico-moral." (Ibíd.)

2. Crític a la metafísica en sus dimensiones lógico-epistemológica y ontológica.

2.1. Para el lógico la verdad se opone al error. Verdad y error son dos términos antitéticos, puesto que lo verdadero es irrefutable y lo falso es contradictorio. Pero Nietzsche rechaza el antagonismo verdad-error, ya que se dan errores irrefutables y verdades contradictorias:

"Una tesis irrefutable ¿Por qué habría de ser, en consecuencia, "verdadera"? Esta proposición escandaliza quizá a los lógicos, que consideran sus propias limitaciones como limitaciones de las cosas; pero hace mucho tiempo que he declarado la guerra a este optimismo de los lógicos." (La voluntad de poder.)

2.2. La categoría ontológica "ser verdadero" no es una propiedad de la realidad, sino una mera valoración subjetiva como condición necesaria de supervivencia del hombre:

"La oposición "el mundo verdadero-el mundo apariencial" la reduzco yo a relaciones de valor. Hemos proyectado nuestras condiciones de supervivencia como atributos del Ser. De la circunstancia de que tenemos que mantenernos firmemente aferrados a nuestras creencias para subsistir hemos deducido que el mundo "verdadero" no es mutación y devenir, sino Ser" (Ibíd.) "En consecuencia, no existe en realidad el pretendido "mundo verdadero" de la filosofía dogmática, tal mundo es una mera ficción y que no es posible conocerlo ni demostrarlo: "El mundo verdadero -una idea que ya no sirve para nada, que ya no obliga siquiera;- una idea inútil y superflua, luego refutada. !Suprimámosla¡" (El ocaso de los ídolos.)

3. Crítica a la ciencia.

3.1. La ciencia no es la verdadera interpretación de lo real; ella nace de un sentimiento, es decir, de la repugnancia del intelecto por un supuesto caos del mundo exterior y también interior.

"La ciencia ha sido hasta ahora un proceso de eliminar la confusión absoluta de las cosas mediante hipótesis que lo "explican" todo; es decir, un proceso originado en la repugnancia del intelecto por el caos. Esta misma repugnancia hace presa en el hombre cuando se considera a sí mismo; quisiera hacer tangible también el mundo interior mediante un esquema y superar la confusión intelectual." (La voluntad de poder.)

3.2. Nietzsche no ataca a la ciencia, sino un tipo determinado de ciencia (el mecanicismo y el positivismo). En el mundo real no hay regularidad ni constancia, ni ley que regule el comportamiento de las cosas, porque las cosas no son y en consecuencia el determinismo es falso.

"Las cosas no se comportan regularmente, conforme a una regla; no hay cosas (se trata de una ficción); tampoco se comportan bajo necesidad. En este mundo no se obedece; pues el ser algo tal cual es, de tal fuerza, de tal debilidad, no es el resultado de obediencia, regla ni necesidad." (La voluntad de poder.)

3.3. Conclusión: La cultura occidental es una crítica de "este mundo" y sus valores, por lo que ha inventado "otro mundo" de carácter verdadero, perfecto, racional, en definitiva, divino.

"El filósofo, que inventa un mundo racional donde la razón y las funciones lógicas son adecuadas: de ahí el mundo "verdadero".

El hombre religioso, que inventa un "mundo divino"; de ahí el mundo "desnaturalizado", antinatural.

El hombre moral, que inventa un "mundo libre": de ahí el mundo "bueno, perfecto, justo, santo." (La voluntad de poder.)

4. La nueva tabla de valores.

4.1. La transvaloración de todos los valores tradicionales y el nihilismo nietzscheano.

a) La transvaloración de los valores occidentales. Para Nietzsche la cultura europea ha llegado ya a su propia ruina, a la decadencia, de ahí la necesidad de preparar el gran "mediodía" de la humanidad. Esta es la tarea del vitalismo nietzscheano: liberar al hombre de todos los valores ficticios devolviéndole el derecho a la vida, a la existencia; el primer paso debe consistir en realizar la Umwertung aller Werte, la transvaloración de todos los valores de nuestra cultura tradicional:

"Hay tantas auroras que no han brillado aún -esta leyenda india va inscrita en la portada del libro. ¿Donde busca su autor esa nueva mañana, ese delicado arrebol matutino aún no descubierto con que ha de despuntar un nuevo día- ah, toda una serie, todo un cosmos de nuevos días? En una transmutación de todos los valores, en la emancipación del hombre de todos los valores morales, en un decir sí y tener fe en todo lo que hasta ahora ha sido prohibido, despreciado y maldecido. Este libro afirmativo derrama su luz, su amor, su cariño, sobre cosas exclusivamente "malas", devolviéndoles el "alma", la conciencia tranquila, el sublime derecho y privilegio de existir". (Ecce homo.)

b) Concepción nietzscheana del nihilismo. No se trata de una teoría filosófica o de una propuesta teórica. El nihilismo es un movimiento propio de la historia de nuestra cultura. La fuerza del espíritu de Occidente cansado, agotado por los valores inadecuados y ficticios de su "verdadero mundo" se torna nihilista:

"¿Qué significa el nihilismo? -Significa que se desvalorizan los más altos valores- falta la meta: falta la respuesta al "¿Por qué?". (Voluntad de poder.)

1. El nihilismo del espíritu occidental es radical y absoluto. Una vez perdida la fe en el "verdadero mundo" y de su personificación en la divinidad, la cultura se queda sin sentido, sin guía o meta aparente y con ello se llega a la decadencia y al pesimismo.

"El nihilismo radical es el convencimiento de que la existencia es absolutamente insostenible si se trata de los más altos valores que se reconocen; amén de la conclusión de que no tenemos el menor derecho de suponer un "más allá" o un "en sí" de las cosas que sea "divino", moral verdadera.

Esta conclusión es consecuencia de la "voluntad de verdad" inculcada en el hombre; es decir, es consecuencia de la fe en la moral." (La voluntad de poder.)

2. El nihilismo es una fuerza destructora y desintegradora de la base de la cultura occidental, es decir, de Dios. La muerte de Dios es uno de los temas más insistentes de Nietzsche:

"¿Dónde se ha ido Dios? Yo os lo voy a decir", les gritó. "¡Nosotros le hemos matado, vosotros y yo! ¡Todos nosotros somos sus asesinos!" (La gaya ciencia.). La cultura moderna, la conciencia dramática del hombre moderno ha cometido ese tremendo crimen. Pero el asesinato de Dios por el hombre adquiere una grandeza épica e irrepetible: "No hubo en el mundo acto más grandioso y las generaciones futuras pertenecerán, por virtud de esta acción, a una historia más elevada de lo que fue hasta el presente toda la historia." (La gaya ciencia.). Lo único que permanece del Dios muerto son las iglesias, ellas son los despojos de la divinidad asesinada: "¿De qué sirven estas iglesias, si no son las tumbas y los monumentos de Dios?" (La gaya ciencia.).

3. El nihilismo es un proceso ambivalente y dialéctico. Ambivalente porque posee dos caras: una negativa, símbolo de decadencia y desintegración de valores; otra positiva, signo de la voluntad de poder como característica peculiar de la vida.

"El nihilismo es ambiguo: a) nihilismo como signo de aumento de poder del espíritu: el nihilismo activo; b) nihilismo como decadencia y merma del poder del espíritu: el nihilismo pasivo." (La voluntad de poder.)

Dialéctico porque consiste en un movimiento o fuerza que va de lo negativo y lo positivo. Negar para afirmar, destruir para crear, aniquilar para producir. El momento negativo va a cargo del entendimiento que critica, el positivo consiste en el dominio de los instintos ascendentes, pletóricos que simbolizan la vida. En este sentido la vida es la forma suprema del nihilismo:

"El nihilismo como síntoma de que los desheredados han quedado privados de su consuelo; de que destruyen para ser destruidos; de que desprendidos de la moral, ya no tienen motivo alguno para resignarse." (La voluntad de poder.)

4.2 Nueva Tabla de valores.

a) Moral de los señores frente a la de los esclavos. La moral de los señores es una exaltación de los instintos primarios de vida. La virtud es interpretada como un estado fisiológico, puesto que en toda valoración moral lo que está en juego es la supervivencia del individuo. En la nueva moral debe imponerse la voluntad de la vida sobre la voluntad de la nada, los instintos ascendentes sobre los descendentes.

"¿Qué valor tienen nuestras valoraciones morales, nuestras tablas de bienes? ¿Qué se va ganando con su sometimiento? ¿Quién? ¿En relación a qué? Respuesta: La vida. Pero ¿qué es la vida? Aquí se impone la necesidad de un nuevo concepto y más exacto de la vida. Mi fórmula es ésta; la vida es voluntad de poder." (La voluntad de poder.)

b) Mundo apariencial frente al verdadero mundo, estático y estable de la filosofía dogmática.

"De estos dos mundos (mundo verdadero y apariencial), el primero es una mera ficción; está basado sobre cosas ficticias.

La "apariencia" misma forma parte de la realidad: es una modalidad de su ser; en este mundo donde no existe el ser, hay que crear mediante la apariencia un mundo calculable de casos idénticos, un templo que permita la observación y la comparación, etc.

La "apariencia" es un mundo acondicionado y simplificado que han elaborado nuestros instintos prácticos; este mundo es para nosotros absolutamente verdadero: el hecho de que vivimos, podemos vivir en él es para nosotros la prueba de su verdad..." (La voluntad de poder.)

c) El egoísmo frente al desprecio de sí mismo.

"!Cómo pudo enseñarse a despreciar los instintos primordiales de la vida e inventarse un "alma", un "espíritu" para ultrajar el cuerpo¡!Cómo puede enseñarse a concebir la premisa de la vida, la sexualidad, como algo impuro¡ ¡Cómo puede buscarse en la más profunda necesidad vital, en el egoísmo estricto (La misma palabra está estigmatizada!) el principio del mal y, a la inversa, exaltarse el síntoma típico de decadencia, de contradicción de los instintos -el "altruismo", la pérdida del centro de gravedad, la "despersonalización" y el "amor al prójimo" (alterismo)- como el valor "superior", ¡qué digo!, como el "valor en sí!..." (Ecce homo.)

5. Antropología nietzscheana.

5.1. El hombre: características e ideales.

a) El hombre es un ser miserable, inmundo. Hubo un tiempo en el que el hombre despreciaba la tierra, el cuerpo, pues tierra y cuerpo carecían de sentido para el alma.

"Tiempos hubo en que el alma despreciaba al cuerpo; y en aquel entonces este desprecio era lo supremo. Lo quería ella flaco, repugnante y raquítico. Así entendía escaparse de él y de la tierra.

Ah, pero esa alma era aún flaca, repugnante y raquítica; y la crueldad era su voluptuosidad." (Así habló Zaratustra.)

b) El hombre es un ser a medio hacer, un puente entre la bestia y el superhombre, un tránsito o paso de la pura animalidada la superhumanidad. He aquí su destino.

"El hombre es una cuerda tendida entre la bestia y el superhombre, una cuerda sobre un abismo.

Un paso peligroso y una parada peligrosa, un retroceso peligroso, un temblar peligroso y un peligroso estar de pie.

Lo más grande del hombre es que es un puente y no un fin en sí; lo que debemos amar en el hombre es que es un tránsito y un descenso." (Así habló Zaratustra.)

c) El hombre es un ser indeterminado, híbrido, mezcla de animalidad y humanidad. En su recorrido evolutivo poco ha sido lo alcanzado:

"Habéis evolucionado del gusano al hombre, y hay en vosotros todavía mucho del gusano. En un tiempo fuisteis monos y todavía el hobmre es más mono que ningún mono. Y hasta el más sabio de vosotros no es más que un ser híbrido mitad planta mitad fantasma."(Así habló Zaratustra.)

d) El hombre es un animal fundamentalmente defectuoso; es como una enfermedad en el universo. Pues es el único animal que todavía no ha llegado a consolidarse. El vivir humano comporta un grave riesgo: o vencer al hombre mediante la superación, o volver a la animalidad primitiva. He aquí la razón de su defecto, todos los animales han producido algo superior a ellos, pero el hombre se resiste a evolucionar, a abandonar los valores del pasado y dar un nuevo sentido a la humanidad.

"Todos los seres, hasta hoy, han producido algo superior a ellos; ¿y vosotros queréis ser el reflujo de este magno flujo y retroceder hasta la animalidad, antes que superar al hombre?" (Ibíd.)

c) Pero el hombre, a diferencia del animal, está vuelto al futuro. El hombre, en virtud de su radical espontaneidad, concibe ideales, metas, destinos. Tres han sido las versiones del ideal humano:

1. El ideal estético: donde el ideal humano es interpretado como tragedia. En la tragedia se armonizan lo dionisíaco (embriaguez desenfrenada de vivir) con lo apolíneo (armonía de formas, resplandor de belleza). Lo esencial de la embriaguez es la sensación de fuerza y plenitud de vida.

"¿Qué significa la oposición apolíneo-dionisíaco introducida por mí en la estética, lo uno y lo otro entendidos como tipos de embriaguez? La embriaguez apolínea determina ante todo la excitación de la vista, así que ésta adquiere poder de visión. El pintor, el plástico y el épico son visionarios por excelencia. En el estado dionisíaco, en cambio, se halla excitado y exaltado todo el sistema afectivo." (El ocaso de los dioses.)

2. El ideal científico: concibe el ideal humano como sabiduría. El hombre sabio conoce la realidad al desnudo, con todas sus miserias, libre de prejuicios, y por ello afirma enérgicamente la vida.

3. El superhombre personifica el valor supremo de la vida, siendo su más alta manifestación la voluntad de poder y dominio.

5.2. El superhombre.

a) El superhombre es el amor a la vida, el sentido de la tierra, la exaltación de los instintos ascendentes.

"Escuchad y os diré lo que es el superhombre. El superhombre es el sentido de la tierra. Que vuestra voluntad diga: sea el superhombre el sentido de la tierra. ¡Yo os conjuro, hermanos míos a que permanezcáis fieles al sentido de la tierra y no prestéis fe a los que os hablan de esperanzas ultraterrenas! Son destiladores de veneno, conscientes o inconscientes. Son despreciadores de la vida; llevan dentro de sí el germen de la muerte y están ellos mismos envenenados. La Tierra está cansada de ellos; ¡muéranse pues de una vez!" (Así habló Zaratustra.)

b) El hombre, hemos dicho, era algo que debía superarse para transformarse en superhombre. El medio de superación es la voluntad de poder, se trata de una voluntad de querer y de verdad. Esta voluntad al igual que la vida tiende a la expansión, al dominio, agresión y sometimiento de todo lo ajeno. El proceso evolutivo de la especie humana tiende a la producción de individuos fuertes y superiores, y no al beneficio de la especie.

"El hombre superior se distingue del inferior por su intrepidez y el desafío que lanza al infortunio. Es un síntoma de "decadencia" cuando empiezan a prevalecer criterios eudemonistas (cansancio fisiológico, atrofia de la voluntad)...La fuerza pletórica ansía crear, sufrir y sucumbir; no quiere saber nada con la mezquina bienaventuranza cristiana y los ademanes hieráticos." (La voluntad de poder.)

c) Sentido de la superación: el hombre para devenir en superhombre ha de expulsar de su interior a Dios. No se trata de una divinización del hombre, sino todo lo contrario, una sustitución de Dios por el superhombre. De esta forma se convertirá en un ser con plenitud de poder y de dominio sobre sí y sobre los demás.

"Dios ha muerto, queremos que viva el superhombre; se trata, por tanto, de un fallido intento de sustituir a un Dios muerto por un hombre divinizado." (Así habló Zaratustra.)

d) Naturaleza y características del superhombre. El superhombre es un ser superior, libre de los valores pasados, autónomo, agresivo y legislador. Él es su propia norma porque está más allá del bien y del mal. El superhombre es voluntad de poder, voluntad creadora de nuevos valores. Por último, el superhombre representa el fin supremo de la humanidad; la vida que conduzca a él y la que lo aparta será antinatural y descendente (decadente y disgregadora).

"La voluntad de poder sólo puede manifestarse en resistencias; va, pues al encuentro de lo que se le opone; esa es la tendencia primordial del protoplasma cuando extiende seudópodos y tienta por todos lados. La apropiación y la asimilación son esencialmente afán de dominar, un plasmar, modelar y transformar, hasta que lo dominado queda incorporado por completo a la órbita del agresor, ampliándola." (La voluntad de poder.)

 

 

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